La atropina es un alcaloide aislado de la raíz de la belladona por Mein de una parte, y por Geiger y Hese, de otra, en 1831. De C17H23O3N, cristaliza en agujas blancas y es un éster que se descompone por hidrólisis en ácido d, 1-trópico y tropina. Se obtiene sintéticamente por el procedimiento de R. Robinson, basado en la condensación del dialdehído succínico con el éster del ácido acetontidicarboxílico y la metilamina.
Usos médicos de la atropina
En medicina la atropina tiene muchas aplicaciones, en forma de sulfato de atropina, por sus numerosas propiedades farmacológicas, especialmente en lo que se refiere al sistema nervioso, ya que es un antagonista de la acetilcolina en el sistema parasimpático: paraliza la acción del décimo nervio cerebral (vago o neumogástrico, un moderador de la acción cardíaca, para la cual el nervio simpático es acelerante); provoca una considerable dilatación de la pupila (midriasis), cuando se aplica por instilación en el ojo, por parálisis del tercer nervio cerebral, el oculomotor; calma el tubo digestivo, cuando se encuentra en estado de contracción espasmódica, y actúa, de igual manera, sobre los bronquios, las vías biliares, urinarias y genitales. En la intoxicación con atropina (o con belladona), los síntomas son: midriasis, protrusión de los globos oculares, sequedad de las fauces por supresión de la secreción salival, agitación nerviosa y delirio.