Cuando hablamos de depresión, muchas veces la consideramos un estado pasajero de tristeza o decaimiento.
La depresión es realmente una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, y se manifiesta como un cambio sensible en el estado de ánimo, en la conducta objetiva y en el pensamiento. Afecta el funcionamiento físico y mental de quien la sufre.
Ciertos sentimientos, como la tristeza y el desánimo son normales en ciertos períodos de la vida. Pero ellos, junto a una sensación de vacío permanentes, que afectan el desenvolvimiento diario que ha sido habitual, si pueden constituir una depresión.
Diagnostico de la depresión
Los siguientes aspectos pueden ayudarnos a identificar la depresión:
En lo sentimental
Insatisfacción, falta de interés y del gusto de realizar actividades.
Desinterés afectivo, no se manifiesta ni el afecto ni el interés por los demás.
Abatimiento, que es una tristeza no definida en cuanto al motivo.
Llanto espontáneo; deseo de llorar por cualquier razón, nudo en la garganta.
Poco sentido del humor; las actividades y eventos que antes causaban gracia e interés ya no lo hacen.
En el pensamiento
Pérdida en la autovaloración; se muestra una baja autoestima.
Autocrítica severa; hay reproches constantes y autoevaluaciones intolerantes.
Desesperanza; pensamientos pesimistas sobre lo actual y lo futuro.
Falta de decisión; cambios de opinión constantes y poca capacidad de ver alternativas.
Pensamientos de incompetencia; una autopercepción de falta de capacidad para realizar las cosas, sin que haya una razón justificada.
Imagen corporal distorsionada; exceso de preocupación por el aspecto físico o falta total de interés en cuidar la imagen física.
En lo motivacional
Falta de voluntad; a las personas que sufren de depresión se les hace difícil iniciar las actividades diarias, tales como responder un correo, comer, iniciar una tarea, trabajar, dormir, etcétera.
Evasión y escape de la realidad; perciben sus actividades como carentes de interés, sueñan despiertos y se aíslan de todos.
Deseos de suicidio; los cuales pueden ser simples pensamientos de morir, hasta la realización del suicidio mismo.
En lo físico
Cambios alimenticios; aumento o disminución del apetito, en comparación con lo habitual.
Falta de interés sexual, (en ciertos casos puede haber aumento como parte de la evasión).
Problemas del sueño; incremento de las horas de sueño, insomnio o un sueño muy ligero y pesadillas.
Cuerpo fatigado; sensación de pesadez y agotamiento aún en actividades de poco esfuerzo.
Excesiva sudoración, normalmente con ataques de pánico y recuerdos desagradables.
Riesgo de suicidio
La depresión es una enfermedad real, a la cual debe dársele el tratamiento debido. El riesgo de suicidio aumenta cuando la persona está saliendo del estado de depresión, ya que en estado de depresión profunda no existe el ánimo ni de tomar tal determinación.
Qué hacer en caso de depresión
Existe cura para la depresión, pero es de suma importancia que quien la padece sea tratado por un especialista, ya sea un psicólogo o un psiquiatra, quien determinará el curso a seguir, utilizando herramientas de psicoterapia o medicamentos antidepresivos adecuados. No debe entretenerse la enfermedad con remedios caseros ni consejos de ir al cine o a pasear, tan comunes. Solamente los especialistas pueden ayudar a resolver tan terrible y común enfermedad.
