El sexto poder hace referencia al poder que puede ejercerse localmente. Los primeros y más conocidos tres poderes son el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Posteriormente se han acuñado los términos de cuarto poder para referirse a los medios de comunicación, y el quinto poder para describir al poder que ejerce o se puede ejercer gracias a Internet.
El sexto poder en la hostelería
Dicen que el quinto poder es la prensa. Yo os puedo garantizar que el sexto poder puede ser el nuestro. El de los hosteleros, sobretodo el de los camareros.
Me hace gracia cero cuando veo esas caritas de malafollá granadina que, por supuesto, aquí donde trabajo, hay mucho personaje así. Soy Pepe, trabajo de cara al público desde que le eché cojones a la vida, y cada vez conozco más a los personajes. No quita que hay mucha gente educada, muchísima gente agradable que a diario nos hacen la faena más llevadera a los que os servimos vasos de agua con el café.
Un consejo que os doy a mis estimados clientes y amigos del lugar donde trabajo es que nunca vayáis a tomaros algo estando enfadados con algo o con alguien. La soléis tomar con el barman de turno y nosotros no tenemos la culpa. Somos personas, como tú. Y no tenemos la culpa de tu quebradero de cabeza. Otro tema es la poca paciencia que suele tener el cliente cuando va a una cafetería. En todos los demás establecimientos solemos esperar nuestro turno. En los café-bares siempre vamos impacientes y nos enfadamos si tardan un poco porque no entienden que estemos atendiendo a mucha gente a la vez. Otra cosa que me hace gracia es el cliente que tarda media hora en estudiarse el ideal y cuando quiere pagar el café nos pide prisa porque llega tarde a otro menester. Eso sí, el vaso de agua de turno que no falte, haciéndote perder más tiempo para la atención de otro cliente.
Así somos, sálvese quien pueda. A qué me refería cuando dije lo del sexto poder. Es fácil; si el cliente nos toca mucho la moral, se le atenderá, sí, claro, y con una sonrisa. Pero ya queda registrado en nuestras retinas para siempre. Y tened en cuenta, que siempre y en distintas posteriores veces, se os podría atender mejor. Entiendo que hay mucha incompetencia en la hostelería. La hay en el Gobierno, qué me vais a contar. Pero también somos muchos los que estamos enamorados de esta profesión y en la que nos desencantamos muchas veces por el típico cliente que no te mira a los ojos cuando te demanda un servicio, no tiene un hola ni un buenas tardes, y eso, la verdad, molesta bastante. Con este escrito no pretendo demostrar nada, sólo concienciar al que se dé por aludido, y que la próxima vez que venga a visitarnos, también entienda que somos humanos todos y que nos merecemos el mismo respeto que el cliente amigo.