Ernesto Sábato fue un escritor, filosofo, ensayista, pensador argentino. Nacido en la provincia de Buenos Aires en el 1911. Paradójicamente, fue un hombre que abandonó la ciencia por seguir los senderos deformados e inseguros de la literatura. Era un físico pero su acercamiento al surrealismo y con el descubrimiento del uranio, factor desencadenante de la bomba atómica, Sábato se aterró ante la fatalidad y la destrucción a la que puede inducir la ciencia y la tecnología y abandonó la ciencia de una vez por todas. Abandonar la ciencia tuvo sus consecuencias pues ello trajo también la pobreza. Aun así, Ernesto Sábato comenzó a escribir. La mayoría de sus escritos terminaban quemados por él mismo, los pocos que han sobrevivido al fuego han sido gracias a su esposa Matilde y a amigos que lo convencieron de publicarlos. Únicamente ha publicado tres novelas sobrevivientes al fuego, estas son: El túnel (1948), Abaddón el exterminador y Sobre héroes y tumbas. Novelas que han sido muy importantes para la comunidad de lectores y además han sido consideradas de las mejores novelas argentinas del siglo XX.
Por otro lado, Ernesto Sábato ha demostrado una inquietud constante por lo absurdo de la existencia, y la mayoría de sus escritos revelan fenómenos de la condición humana y lo que acarrea el existencialismo. En sus entrevistas se puede palpar a un hombre humilde, que considera imperfectas todas sus obras. También, ha escrito ensayos que muestran cómo el contempla la existencia y nuestra constitución y complejidad humana, entre ellas se destacan: Uno y el Universo, Hombres y engranajes, El escritor y sus fantasmas, y Apologías y rechazos. En el 1984 recibió el Premio Miguel de Cervantes, siendo el segundo argentino en ser galardonado.
Por último, también era un excelente pintor, dedicó sus últimos años a la pintura.
