Durante el período de la tierna infancia, saltar la cuerda (o saltar la comba), se convierte en uno de los juegos predilectos de los más pequeños; es un pasatiempo divertido y además promueve la práctica del deporte, contribuyendo a que quienes lo realicen mantengan una excelente condición física, lo cual se traduce en buena salud.
En la actualidad, para aquellas personas que no pueden ejercitarse con regularidad, bien sea por la innumerables ocupaciones de la cotidianidad, o porque los ingresos no permiten costear una membrecía en un gimnasio, saltar la cuerda constituye una de las mejores alternativas para la pérdida de peso y estar en forma. De acuerdo a los argumentos de entrenadores, deportistas y preparadores físicos, 30 minutos a ritmo moderado de esta actividad ayuda a quemar unas 280 calorías, mientras que si se ejecuta por el mismo lapso de tiempo a alta intensidad, se eliminan unas 340. Suele ser tan efectivo como otras disciplinas como la natación, el tenis, los aeróbicos, el spinning o correr. Los beneficios que brinda este ejercicio son considerables: trabaja de forma armoniosa y simultánea brazos, piernas y glúteos; aumenta la resistencia y potencia el sistema cardiovascular, propiciando el buen funcionamiento del corazón. Todo esto, aunado al hecho de que resulta muy económico, basta con una modesta cuerda, un mecate o un cordón lo suficientemente largo y unos zapatos deportivos cómodos. Puedes empezar haciéndolo de manera lenta y cuidadosa e ir aumentando de forma progresiva el grado de dificultad.
De manera que tenemos ante nuestros ojos una opción que nos brinda la oportunidad de acercarnos a esa figura que tanto deseamos y por qué no, revivir ese niño interno que nunca acaba por desaparecer.