Las tradiciones son algo que está muy presente en la sociedad actual y en todos los lugares del mundo. Incluso hasta en pequeñas familias se dan muestras de actos que se repiten en determinadas fechas (cenas, celebraciones, etc).
No se debe confundir tradición con superstición. Ambas pueden tener su origen en épocas pasadas, pero una tradición no implica necesariamente una creencia en fenómenos fantásticos o mágicos, como pueden ser elementos que traen mala suerte, como gatos negros o determinados días del año. Pero pese a esta diferencia, algunas supersticiones han llegado a convertirse en tradiciones debido a la normalización que se ha producido de estas, por ejemplo la acción de tirar arroz a los novios en las bodas, que la novia arroje su ramo de flores a las invitadas o que el novio no pueda ver a su futura esposa con el vestido puesto antes de casarse.
Las tradiciones proceden de costumbres de épocas anteriores o creencias de la gente de entonces. Estas han continuado en las siguientes generaciones y han llegado hasta nuestros días, teniendo un papel importante en muchas de ellas la religión, aunque otras provienen de espectáculos de diversión que se hacían para entretener a los ciudadanos de un lugar concreto, por eso las tradiciones varían dependiendo del continente, país o región de donde vengan.
Es muy común encontrarse con costumbres que atraen a una gran cantidad de personas pero en contraste con esto, no tienen lógica, pues muchas veces se cometen actos irracionales.
En la actualidad, cada vez la gente se da más cuenta de lo que es lógico y de lo que no lo es, pero también sigue existiendo gente a la que le entretiene ver este tipo de espectáculos sin pensar en lo que en ellos se hace.
En conclusión, debemos conservar lo que nos dejaron nuestros antepasados, pero con un mínimo grado de racionalidad para darse cuenta de lo que tiene sentido y lo que no lo tiene. Es importante conocer nuestra historia, pero no llevar a cabo diariamente determinados actos que se cometían en el pasado. Tenemos que ser conscientes de lo que celebramos y continuar festejando como es habitual, pero siempre siendo respetuosos.